Además de la ya sabida influencia del excesivo consumo de bebidas gaseosas en los niveles de Obesidad Infantil a nivel mundial, en esta nota veremos los efectos erosivos de todas las bebidas carbonatadas sobre la superficie de los dientes.

El esmalte dental (la cubierta externa de tus dientes) es el tejido más mineralizado del organismo, está compuesto por 96% de materia inorgánica, 2% materia orgánica y 2% de agua. 
A pesar de su dureza, el esmalte dentario es susceptible a la “desmineralización” por acción de ácidos. Los ácidos en boca provienen de 2 fuentes, la primera se produce por el metabolismo natural de las bacterias presentes en nuestras bocas y el segundo por los alimentos o líquidos con contenido ácido que ingerimos.

Un consumo frecuente de bebidas ácidas deja el PH de la boca inferior a 5.5. El esmalte de los dientes pierde calcio y fosfato y es menos rígido. 
El gran incremento en el consumo de bebidas energizantes y estimulantes también aumenta el riesgo de provocar erosión dental. Estas bebidas, que poseen en su composición taurina, cafeína y azúcar, al ser mezcladas con alcohol (vodka, whisky o licor), jugos de fruta y gaseosas poseen el potencial para disolver esmalte provocando el deterioro (erosión) de la superficie dentaria.

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